A Marina se le empezó a mover un diente y , Ratón Pérez anotó en su agenda la fecha probable de su visita .
Escribió la dirección exacta con el fin de no cometer el mínimo error .
Cuando llegó el momento , estaba todo preparado . Marina se acostó un poco inquieta , sabiendo que debía dormir profundamente para que la magia actuara.
Todo salió como se esperaba . El entusiasmo que se veía en su expresión al despertar fue suficiente para saber que el objetivo se había cumplido . 
Una vez más , Ratón Pérez desempeñó su misión con eficacia , cariño , puntualidad y esmero .
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