Me resultaba curioso que Txaro , la mujer que nos atendía en la carnicería , supiera lo que nos gustaba en casa y el modo de cocinarlo .
Cuando Fintxu y yo nos fuimos a nuestra propia casa , seguíamos yendo a "donde Txaro" . Y , cuando los críos bajaban a hacer un recado , sólo tenían que llevarlo escrito en un papel .
Si un día "dejabas a deber" o no tenía cambio suficiente , Txaro decía : "ya me darás mañana" . A veces , no sólo compraba sino que me traía una receta nueva .Con una llamada de teléfono podía concretar lo que necesitaba y cuándo podía recogerlo .
Esto es lo que sucede cuando compras en el barrio en la " tienda de siempre " .
Txaro " cierra la persiana " definitivamente, porque va a disfrutar de un merecido descanso por todos los años de trabajo al frente de su negocio . Me gustaría tener un detalle con ella .
Se que le gustan las flores . Estas no se le marchitarán .
¡ Disfruta de esta nueva etapa !
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