Antes de que Adrián naciera , Ana ya se había puesto manos a la obra , bordando a punto de cruz el nombre sin decidir dónde ubicarlo .
La opción , que ganaba sobre otras posibles era una bolsa de merienda. Encontró la tela adecuada para conseguir el toque personal que precisaba .
Decidí colocar la cenefa verticalmente . Y , después de planificar los cortes necesarios para encajar todo en su sitio , sólo quedaba coser .
Hice una prueba con la máquina, bordando unas ondas sobre las costuras . Quedaba elegante y discreto .
Ya estaba lista para usarla cuando fuera necesario .
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